El huevo de toro es el tomate que de verdad sabe a tomate. Se trata de una variedad autóctona cultivada al aire libre en el Valle del Guadalhorce, principal zona hortofrutícola malagueña.
SABOR DEL TERRENO
El huevo de toro es el tomate que de verdad sabe a tomate. Se trata de una variedad autóctona cultivada al aire libre en el Valle del Guadalhorce, principal zona hortofrutícola malagueña. Su cosecha se realiza desde finales de julio hasta finales de septiembre o primeros de octubre, dependiendo del año, por lo que en los meses de verano podemos encontrarlos en numerosos restaurantes que apuestan por este producto de cercanía de la huerta malagueña.
Es una variedad de gran tamaño de forma acorazonada con un peso que puede oscilar entre los 300 y 600 gramos por pieza, llegando a producirse algunas que sobrepasan el kilo. Lo mejor del huevo de toro es su carne de una textura cremosa, suave y con muy pocas semillas. Este tomate tiene aromas ligeros y frescos, además de una persistencia media en boca con un equilibrio perfecto entre su acidez y dulzor. Todos estos atributos lo han convertido en una variedad de una calidad excepcional muy apreciado entre quienes valoran el producto de temporada y cercanía.
CÓMO SE PREPARA
La mejor forma de preparar y comer el tomate huevo de toro es fresco. Como es un alimento que se consume en los meses de verano, los más calurosos en Málaga, es ideal para que sea el ingrediente principal de ensaladas, carpaccios vegetales, gazpachos y pipirranas. Para los que aprecian el sabor, es muy recomendable comerlo cortado de forma transversal, acompañado de un poco de sal y a mordiscos, como si se tratase de una fruta. Comerlo en platos calientes también es una gran experiencia, sobre todo, para hacer una salsa de tomate casera o para ponerlo como ingrediente en una pizza de masa fresca.