SABROSO CONTRASTE
Entre las berenjenas y la miel de caña existe mucha química. Dan fe de ello las exquisitas mieles de caña de toda la vida. El ingenio de azúcar, que hizo historia a nivel industrial al sur de Málaga, proporciona un ingrediente que, al encontrarse con la berenjena frita, la complementa de manera especial. Fritura y dulzura dotan a la verdura de un sabor extraordinariamente rico, con reminiscencias orientales (árabes o indias, depende de las fuentes).

Los contrastes suelen ser interesantes. El caso de esta propuesta culinaria, divina para el picoteo, no es una excepción. Crujiente a la vez que suave, estas berenjenas que algunos denominan “abuñueladas” -o en su versión tempura, gracias a la globalización culinaria- son la firme demostración de que la verdura no es, en absoluto, aburrida.