EL TABERNERO
Sopa invernal y marinera, picante y sabrosa. El caldillo de pintarroja, que los pescadores malagueños tomaban antes de faenar para entrar en calor, era usado en los bares, por lo general, para vender más vino y cerveza (¡tal era la necesidad de beber, con tanto pique!). Pero, historias taberneras aparte, se trata de un plato tradicional, emblema de la gastronomía malagueña.
La pintarroja es un tiburón pequeñito con manchitas coloreadas que ronda la bahía malagueña, y que se come en cazuelas y adobos. En este caldillo (o caldito), la pintarroja como manjar es protagonista absoluta, si bien está bien secundada por otros pescados y mariscos, como almejas o gambas.